Normalmente encuentro literatura que ayuda a comprender algunos textos del libro de los salmos, pero en esta oportunidad, deseo compartirles esta explicación del salmo 150 porque me parece muy educativa y a la vez explicativa para la comprensión, en dicha explicación se exponen las trece alabanzas con las que David el rey de Israel sello este libro.
Textualmente copio el salmo, extraido de "Libro de los Salmos", tradución al español por el Rabino Abraham Shalem, de la Editorial, La Biblioteca Sefardí Jerusalem 5761.
SALMO 150
1. Haleluyáh, alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento. 2 alabadle por sus proezas; alabadle con forme a la inmensidad de su grandeza. 3 Alabadle a son del shofar; alabadle con lira y violin. 4 Alabadle con pandero y danza; alabadle con instrumentos diversos y arpa. 5 Alabadle con cimbalos resonantes; alabadle con cimbalos de júbilo. 6 Toda alma alabe a Yah. Haleluyáh.
Con trece alabanzas selló David este libro, frente a los trece atributos de Dios, con los que dirige el mundo y sus creados. Alabad a Dios en su santuraio. Se refiere al mundo superior, el de los ángeles, allí, donde está la santidad y la justicia. Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Se refiere a los mundos de las galaxias, al sol, la luna y las estrellas, donde Dios fijó las leyes de la naturaleza. Alabadle conforme a su grandeza. Se refiere al globo terráqueo, a la tierra, a los mares y a sus habitantes (Rada"k). Sus proezas y grandezas son sus atributos, la forma como maneja el mundo y sus creados con justicia, con piedad, tolerancia e indulgencia. Doce veces utilizó la palabra "Alabar", motivo por el cual se lee el "Halel" todos los meses en "Rosh Jódesh"(Tania Rabatí). Rabenu Yitzjak Luryah (Haar"í), encuentra el indicio de las diez "Sefirot" en este salmo.
Diez Haleluyot cantó David, frente a los diez mandamientos de la Toráh, y frente a ellos fueron escritos los diez elogios de "Maljuyot", los que pronunciamos en el "Musaf" de Rosh Hashaná. Así también, frente a los diez llamados que órdeno Dios en la creación del mundo(tomo de Rosh Hashaná 34a, T. Yerushalmi cap. 4, halajáh 7).
La voz del Shofar simboliza el llamado de la conciencia, seriedad y reverencia. El arpa, la lira y el violin representan la alegría de la vida, como lo son el pandero y los címbalos. Todo, en conjunto, forma una sinfonia universal de alabanza al Creador.
Toda alma alabe a Dios. El hombre debe alabar a Dios por cada respiro en todo momento de su vida. Las cualidades del alma se parecen a las de su Creador. Tal como la gloria de Dios llena todo el mundo, así el alma llena y siente todo el cuerpo. Es éste el privilegio de esta alma, de alabar y enaltecer a Dios por sus grandes obras y por sus mercedes (Midrash Berechit Rabá cap. 14)
Toda el alma alabe. Sus iniciales en hebrero suman Mashíaj, hijo de David (el redentor hijo de David). Las últimas letras de esta misma palabra suman el nombre de Dios, el Señor del mundo (Rabí H.Y.D. Azulai en "Yosef Tehilot"). Alabado sea el nombre de nuestro Creador, nuestro Dios, el Señor del universo eternamente. Haleluyáh.
San Salvador, 22 de mayo 2015.
5 Sivan, 5775